viernes, 20 de noviembre de 2009

Que delicia


De esa cosa no he de comer, interesante afirmacion, aunque una de las mas conocidas es "No me gusta", en realidad son limites que uno pone en su mente teniendo como base el aspecto el aroma y el sabor, cuando uno no ha pronunciado estas palabras habiendo tenido experiencias pasadas que no hicieron mas que generar arcadas y disgustos alimenticios.
Alpaca, Lengua, Foie gras, Viceras, etc.. , en fin muchos nombres que no son sinónimos de aceptación en el paladar, eso es porque no nos imaginamos poner una alpaca en el plato, o ver un hígado entero sangrando en plena mesa, o quizás saltar la cuerda con unos 2 metros de intestino delgado.
Nuestro cerebro no puede aceptar que partes que no tengan un buen aspecto, un buen aroma o un buen sabor están a mas de 5 metros de nosotros en un plato, particularmente quien les escribe, repudiaba el aroma de las viceras o el hígado frito, peor aun, percibir la textura de la guata del estomago de la vaca o un pedazo de la pata del cerdo era sinónimo de vomito inmediato.

Los tiempos cambian, y también la cultura, lo que antes era condenable y religado a comidas de mercado, ahora obtiene un gran valor por su complejidad, textura, sencillez, amplia posibilidad de combinacion y sobre todo resultado final.
A través de las ultimas décadas las tecnicas culinarias han ido perfeccionando y reinventandose así mismas para realzar platos a base de tripas, lengua, hígado, y toda clase de nombres que no suenan a comida.
Es gracioso como ahora en un restaurant de 4 tenedores o mas, esos nombres algo "distintos" son las estrellas de muchas innovaciones culinarias, mas gracioso aun es ser testigo de las reacciones de la gente al probar un Foie gras, que es algo ya clásico pero que aun genera sorpresas.
A por si acaso señora eso que comió y que dijo que es una delicia "No era pollo"

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